YO HAGO REVERDECER EL ÁRBOL SECO

Ezequiel 17:1-24

“Y sabrán todos los árboles del campo que yo Jehová abatí el árbol sublime, levanté el árbol bajo, hice secar el árbol verde, e hice reverdecer el árbol seco. Yo Jehová lo he dicho, y lo hare.” (24)

Una gran águila (1-15)

Se mencionan dos águilas en esta parábola. La primera gran águila era Babilonia, la cual conquistó Jerusalén y llevó muchas personas al exilio. El pueblo desplazado y replantado reverdeció. Los babilonios colocaron como rey en Jerusalén a Sedequías. Pero él “extendió sus ramas a Egipto en busca de ayuda”, rebelándose en contra de Babilonia. Como resultado, perdió todo.

Mi pacto que ha quebrantado lo traeré sobre su cabeza (16-24)

Es Jehová el Señor quien controla la historia. Sedequías no sufrió en el exilio solo porque quebrantó el pacto con el rey de Babilonia, fue porque él quebrantó su pacto con Dios. Dios plantaría otro tallo de la familia de David – un hombre fiel. Crecería hasta ser un gran árbol. Esta promesa apunta hacia el Mesías. Dios es fiel para mantener su pacto. En Él, el árbol seco reverdece en vida abundante.

Oración: Señor, ayúdame a confiar en tus promesas infalibles y tener vida.

Una Palabra: Dios mantiene sus promesas.