UN GRANO DE TRIGO

Juan 12:20-36

Versículo clave: 12:24

Como un grano de trigo, nuestras vidas tienen un enorme potencial. No importa cuánto ocultemos o protejamos nuestro verdadero yo o cultivemos una imagen de impresionismo en el exterior, seguimos siendo una sola semilla. Pero, si nos despojamos de las capas protectoras y permitimos que florezca lo que hay dentro, realmente podemos vivir, crecer y dar frutos.

Jesús dio el ejemplo de este coraje. Jesús no se salvó a sí mismo, sino que confió plenamente su vida en las manos de Dios, y vivió por fe. Jesús dio su vida en la cruz para que la cruz de la vergüenza se convirtiera en un símbolo de salvación para todos. La vida de Jesús no terminó en la tumba o en un recuerdo, sino en la gloria de la resurrección. Él es la luz del mundo.

No importa dónde nos encontremos en la vida, seamos jóvenes o viejos, debemos estar en el proceso de convertirnos y florecer. Debemos luchar contra las comodidades de nuestros caparazones actuales y el miedo a ser expuestos. Podemos hacer esto cuando confiamos en el amor y el poder de Dios. Nos damos cuenta de que somos hijos de la luz.

Oración: Señor, ayúdeme a vivir una vida valiente y dar frutos de su amor. Confío en su poder vivificante.

Una palabra: Un hijo de la luz.

MIRA, TU REY VIENE

Juan 12:12-19

Versículo clave: 12:15

La tensión crecía entre Jesús y la autoridad religiosa, la cual estaba decidida a dar muerte a Jesús. Aún así, Jesús entró inquebrantablemente en Jerusalén con una gran multitud que venía a darle la bienvenida y reconocer su venida como el Mesías y Rey.

Jesús vino montado en un burro joven, accesible a todos. No apeló a los cabilderos ni a la élite poderosa, sino a los más pequeños de la nación. La gente acudía a él porque podía alimentar a los hambrientos, hacer ver a los ciegos y resucitar a los muertos.

Jesús también viene a nosotros hoy, de maneras y lugares que quizás no esperamos. Él viene a nosotros en nuestro momento de necesidad y en nuestros fracasos. Él viene con misericordia y amor empoderador. Jesús nos alimenta con palabras de vida, nos abre los ojos para ver más allá de nuestras opiniones limitadas de Dios y de los demás, y da un nuevo nacimiento a las vidas muertas en pecado y vergüenza. Recibámoslo con fe.

Oración: Señor, Usted viene a mí de manera amable y accesible. Le doy la bienvenida.

Una palabra: Jesús ha venido.

UNA VIDA DE AMOR

Juan 12:1-11

Versículo clave: 12:3

María amaba profundamente a Jesús. En este pasaje, María expresó su amor por Jesús ungiendo sus pies con perfume caro y secándolo con su cabello. El amor la obligó a expresarse de esta manera mientras Jesús estaba con ella. A través de su acto de amor, su relación con Jesús se profundizó. Aunque pudo haber parecido un desperdicio, Jesús la recibió amablemente, diciendo que su gesto estaba destinado al día de su sepultura.

Jesús siempre nos da la bienvenida y nos acepta tal como somos, sin importar lo que piensen los demás. La Palabra se hizo carne, no solo para decirnos la manera correcta de pensar o actuar, sino para tener una relación con nosotros. El amor no es un sentimiento, sino una expresión vulnerable desde lo más profundo de nuestros corazones y una sublime aceptación. Vivir una vida de amor es una expresión de quiénes somos para Dios y del abrazo de Dios hacia nosotros.

Oración: Señor, en nuestra vulnerabilidad, Usted nos abraza. Que su amor nos obligue a continuar abriendo nuestros corazones a Usted y crecer en el amor.

Una palabra: Ama mientras puedas.

EL COMPLOT PARA MATAR A JESÚS

Juan 11:45-57

Versículo clave: 11:45-46

Las noticias falsas, la desinformación y la política partidista ensombrecen la objetividad y polarizan nuestra sociedad. No fue diferente en los días de Jesús. Aquellos en el poder podían dictar lo que estaba bien y lo que estaba mal, mientras que aquellos que pensaban de manera diferente eran etiquetados como herejes y marginados. A veces, parece que nuestra vida está en juego por lo que creemos. Puede ser más fácil simplemente estar de acuerdo con los demás, despertar nuestras conciencias y juzgar y condenar a quienes piensan de manera diferente.

Jesús defendió y amó a aquellos que no tenían derecho a hablar, que vivían en las sombras de la sociedad. Él resucitó a los muertos a la vida. Cuando la gente creía en él, nacía una nueva vida, solo que parecía amenazar a los que estaban en el poder. Caifás, el sumo sacerdote, determinó que Jesús debía ser ejecutado para salvar a su pueblo—y su propio poder e influencia. Si bien su motivo puede no haber sido puro, las palabras hablaban fielmente de lo que Jesús estaba tratando de lograr.

Ser un hombre marcado no fue fácil para Jesús. Pero él no se encogió en el olvido. En el tiempo de Dios, Jesús triunfaría, no a través del poder político, sino a través de la muerte y la resurrección.

Oración: Señor, nos amó lo suficiente como para morir por nosotros. Deme coraje para vivir con fe en la resurrección.

Una palabra: Cree en Jesús.

JESÚS RESUCITA A LÁZARO DE ENTRE LOS MUERTOS

Juan 11:28-44

Versículo clave: 11:36

Jesús llegó 4 días tarde. Lázaro ya estaba muerto y enterrado. Cuando Jesús vio a María y a los demás llorando, se conmovió profundamente en espíritu y lloró. Jesús no solo simpatizaba con quienes lo rodeaban, sino que también estaba triste por la muerte de alguien a quien amaba. También le entristecía que existiera el poder de la muerte en este mundo caído. Pero Jesús vino y fue al sepulcro donde yacía Lázaro y lo resucitó de entre los muertos.

Como cristianos, creemos que la muerte no es el final. Aun así, no podemos dejar de sentirnos tristes, con una sensación de pérdida y tal vez incluso de culpa. Oramos mucho para que Dios sane y fortalezca nuestros cuerpos débiles y fallidos. Cuando un ser querido muere, nos preguntamos por qué Dios no estuvo allí o no escuchó nuestras súplicas de ayuda. ¿No teníamos suficiente fe o Dios nos estaba castigando por algo que hicimos hace un tiempo?

Jesús dijo: «¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” Aunque Jesús no ignora la realidad de la muerte, demuestra que hay resurrección y vida después de ella. El amor de Dios todavía reina sobre nosotros. Si creemos, podemos experimentar el poder de la resurrección y la victoria sobre el poder de la muerte. El amor vence a la muerte.

Oración: Señor, experimentamos la muerte, el arrepentimiento y la culpa. Derrame su amor y misericordia y denos nueva vida.

Una palabra: ¡Mira cómo te ama!