Salmo 23:1-6
Versículo clave 23: 1
Con humildad, David profesó: «Jehová es mi pastor; nada me faltará”. Esto significaba que él era una oveja de Jehová Dios, su Pastor. Las ovejas son torpes y ciegas. Se pierden fácilmente y se meten en situaciones peligrosas como caerse de un acantilado. Están indefensos sin un pastor que los guíe. Del mismo modo, estamos indefensos en este mundo de pecado y en contra del diablo. Necesitamos a Jesús como nuestro Buen Pastor que nos guíe a los pastos verdes y las aguas de reposo, donde podemos encontrar el verdadero descanso y la vida.
Además, Dios nos guía por caminos de justicia para corregir nuestros caminos pecaminosos. Él nos entrena en el camino correcto. Y no importa cuán oscuro sea el valle de la sombra de la muerte, Dios está con nosotros, y no estamos solos, ni tenemos miedo. Su vara de aliento y su cayado de consuelo nos permiten atravesar las circunstancias más difíciles.
Y luego, encontramos que él nos ha elevado al lugar de honor ante nuestros enemigos y ha preparado una mesa rebosante de cosas buenas para nosotros. Somos ungidos como su pueblo escogido, y nuestra copa de bendición se desborda. Podemos alabar a Dios, dándole gracias por su bondad y misericordia todos los días de nuestras vidas, con la confianza de que habitaremos en la casa del Señor en su reino para siempre.
Oración: Padre, gracias por Jesús, mi Pastor.
Una palabra: Jehová es mi Pastor, nada me faltará